La selección de David como Rey
- judaismom
- 17 may 2023
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Dios le reveló a Samuel que el sucesor del rey Saúl sería un hijo de Isaí. El profeta fue mandado a ir a Belén dondeDios le mostraría al futuro rey (1 Samuel Cap. dieciséis). Samuel le pidió a Isaí que fuera con sus hijos a un banquete. Como bien podemos imaginar, la invitación del gran profeta era un privilegio no muy común.
Isaí vino con siete de sus hijos; David se quedó atrás. David, rojo de tez, bajo de estatura, pastor de ovejas, ermitaño del desierto posiblemente no podría convertirse en el ungido de Dios.
Nadie sabía que David no estaba solo en los campos, el estaba sintonizando su alma con su Creador, que el era un arpa en las manos de la santidad, reverenciando a Hashem con dulces canciones que se convertirían parte de uno de los legados más preciados de Israel: El Libro de los Tehilim (Salmos).
Nadie sabía que el amor que David estaba nutriendo al estar en el cuidado de sus ovejas indefensas eran los fundamentos de aquel gran rey el cual cuidaría al pueblo de Israel en los postreros días. El joven David mataba leones y osos, aprendiendo que solo Dios es digno de ser temido.
Llegó el momento de la unción y Samuel pidió que los hijos de Isaí vinieran ante él uno por uno. Eran productos sobresalientes de una familia sobresaliente.
El gran profeta quedó impresionado con Eliav, el primogénito de Isaí; estaba seguro de que estaba en la presencia del escogido ungido de Dios, pero Dios dijo:
“No juzgues al hombre por su apariencia. No, no es este. Yo no escojo como los hombres lo hacen. Los hombres juzgan por la apariencia exterior, pero yo miro el corazón.” (1a de Samuel 16:7)
Y así fue como uno por uno, cada uno fue rechazado. Finalmente, Samuel le preguntó a Isaí si tenía más hijos e Isaí respondió extrañamente: "Aún queda el más joven; y ahora está apacentando las ovejas". Samuel ordenó que lo trajeran. El era David y fue ungido como rey de Israel.

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